martes, 25 de marzo de 2008

CONSEJOS PARA UNA VIDA SANA Y ACTIVA


Como ya sabemos es muy importante crear hábitos alimenticios correctos desde la infantica por eso hemos decidido crear un blog sobre este tema, la importancia de la nutrición y los hábitos de vida alimenticia que hay que deben de adquirir tanto los padres/madres como los niños, para que pueden llevar a cabo una vida sana tanto de forma física como psicológica.

Algunos consejos para mantener a un niño sano y activo.

En la actualidad, se habla mucho sobre los niños sanos. Las personas interesadas (padres, médicos, maestros y otros) quieren saber cómo ayudar a los niños a ser más sanos. Ser sano es una manera de decir que una persona come bien, realiza mucha actividad física (ejercicio) y tiene un peso sano. Si eres sano, tu cuerpo funciona bien, te sientes bien y puedes hacer todo lo que deseas, como jugar con tus amigos.

De algunas cuestiones sólo pueden ocuparse los padres, como brindarles alimentos sanos o decidir llevar a la familia a un paseo al aire libre. Pero los niños también pueden hacerse cargo cuando se trata de la salud. Si quieres ser un niño sano, te damos cinco reglas para lograrlo. El truco es seguir estas reglas la mayor parte del tiempo, sabiendo que algunos días (como tu cumpleaños) se puede celebrar con torta y helado.

1. Come alimentos variados, especialmente frutas y vegetales. Puedes tener un alimento favorito, pero lo mejor es comer variado. Si comes diferentes alimentos, es más probable que ingieras los nutrientes que tu cuerpo necesita. Prueba nuevos alimentos y vuelve a los que no comes desde hace tiempo. Algunos alimentos, como las verduras de hojas verdes, resultan más agradables a medida que creces. Aspira a comer cinco porciones de frutas y vegetales por día: dos frutas y tres vegetales.Aquí hay una combinación que podría resultarte:

  • 1/2 taza (113 gramos) de fresas con el cereal del desayuno
  • 10 zanahorias bebé
  • 2 ramitas de bróculi
  • 3/4 taza (170 gramos) de jugo de fruta
  • 1/2 taza (113 gramos) de salsa con papas fritas

2. Bebe agua y leche a menudo. Cuando estás realmente sediento, nada sacia más la sed que el agua fría. Existe un motivo por el cual la cafetería de tu escuela ofrece cartones de leche. Los niños necesitan calcio para formar huesos fuertes y la leche es una excelente fuente de este mineral. ¿Cuánto necesitan los niños? Alrededor de 800 miligramos por día si tienes entre 6 y 8 años, y 1300 miligramos a partir de los 9 años. Para darte una idea, incluimos una lista de alimentos y bebidas con los cuales llegarás a la meta diaria de los 1300 miligramos:

  • 2 tazas (aproximadamente medio litro) de leche (600 miligramos de calcio)
  • 2 onzas (57 gramos) de queso (300 miligramos de calcio)
  • 1 taza (227 gramos) de yogurt (315 miligramos de calcio)
  • 1/2 taza (113 gramos) de frijoles blancos cocidos (120 miligramos de calcio)

Es probable que, de vez en cuando, quieras algo más que leche o agua. Por eso, también puedes tomar un jugo 100% natural. Pero trata de limitar las bebidas dulces, como las gaseosas y los jugos de fruta artificiales. Contienen mucho azúcar. El azúcar sólo suma calorías y no aporta nutrientes importantes.

3. Escucha a tu cuerpo. ¿Qué sientes cuando estás lleno? Cuando estés comiendo, nota cómo se siente tu cuerpo y cuándo tu estómago está confortablemente lleno. En ocasiones, la gente come demasiado porque no se da cuenta de cuándo necesita dejar de comer. Comer demasiado puede hacerte sentir incómodo y, después de un tiempo, llevarte a adquirir un sobrepeso no sano.

4. Limita el tiempo frente a la pantalla. ¿Qué es el tiempo frente a la pantalla? Es el tiempo que pasas mirando televisión, DVD y videos; jugando a juegos electrónicos portátiles y usando la computadora. Cuanto más tiempo les dedicas a estas actividades pasivas, menos tiempo te queda disponible para actividades dinámicas, como el baloncesto, el ciclismo y la natación. Intenta no pasar más de dos horas por día frente a una pantalla, sin contar el uso de la computadora para realizar la tarea escolar.

5. Mantente activo. Una tarea que tienes como niño (y es divertida) es darte cuenta de qué actividades prefieres. No a todos les gusta el béisbol o el fútbol. Tal vez, te apasionen el karate, el kickball o el baile. Pide a tus padres que te ayuden a practicar tus actividades favoritas regularmente. Busca maneras de permanecer activo todos los días. Podrías incluso hacer una lista de actividades divertidas ¡para consultarla cuando tu mamá o tu papá te digan que es hora de dejar de ver televisión o de jugar con los juegos electrónicos!

Respecto de los padres, ellos pueden ser de gran ayuda si quieres ser un niño sano. Por ejemplo, pueden disponer de abundantes provisiones de alimentos sanos y organizar actividades físicas para la familia. Habla con tus padres sobre estas cinco medidas que deseas tomar y quizá puedas enseñarles un par de cosas. Si eres un niño sano, ¿por qué no tener una mamá y un papá sanos?

Rueda de alimentos

lunes, 17 de marzo de 2008

Introducción

Hay una percepción muy clara entre los adultos, sin importar su país ni su cultura, sobre la importancia de ciertos alimentos en el desarrollo infantil y en la instauración y mantenimiento de la salud. Todo el mundo entiende que "comer bien" es necesario para que un niño pequeño crezca adecuadamente y se convierta en un adulto últil y productivo. Esta idea no debe ser tan sencilla en la práctica ya que resultan evidentes los problemas de malnutrición en el mundo (y no únicamente por falta de recursos, sino también por su incorrecta gestión y distribución) y el aumento continuo del problema de la obesidad en los países más desarrollados e, incluso, en aquellos que cabe calificar de "pobres". En consecuencia, hay que incidir sobre las características de una adecuada alimentación (según bases y conocimientos científicos) desde la infancia más temprana si tenemos en cuenta que la formación de las preferencias, hábitos, gustos y aversiones alimenticias tienen lugar en estas edades.

También es cierto que en nuestro medio alimentarse correctamente es una preocupación cada días más extendida. De hecho, no solo es un tema que preocupe a los estudiosos, a los científicos y a los medios de comunicación, sino que muchas otras personas demuestran a diario su interés en seguir una alimentación equilibrada como el medio más sencillo de alcanzar y disfrutar del bienestar personal. En efecto, numerosas enfermedades tienen una estrecha relación con nuestra dieta: algunas pueden deberse a la escasez de ciertos nutrientes, y otras (mucho más frecuentes en países como el nuestro) se deben precisamente a lo contrario. Por ejemplo, la abundancia de alimentos que se suele ingerir junto con la escasa actividad física, puede conducirnos finalmente a la obesidad y otras muchas patologías asociadas.

Así, está claro que en el período de uno a seis años de edad, la alimentación debe aportar la energía y nutrientes necesarios para garantizar un crecimiento y desarrollo óptimo, y para ello es fundamental el papel que desempeña la familia. En este período, los niños se familiarizan con la variedad de alimentos y con las distintas formas de preparación más habituales en su entorno. En ese medio ambiente ocurre, por lo tanto, esa fijación de límites y el asentamiento de las normas y pautas vinculadas con el consumo de alimentos y bebidas. Este conjunto de normas de referencia son las que sólidamente persistirán en las etapas posteriores de la vida y las que explican la gran dificultad que supone el intentar cambiar los hábitos alimentarios de un adulto, aunque él mismo exprese la necesidad de hacerlo.

En este sentido, destacaremos que tradicionalmente el comedor escolar ha venido desempeñando una función social muy importante, al garantizar el aporte de la comida principal. Esta realidad se ha visto transformada recientemente con un número creciente de usuarios de comedor escolar como consecuencia de los cambios sociales ocurridos, especialmente la incorporación de las mujeres al mundo laboral fuera del hogar y la lejanía de los domicilios tanto respecto al colegio como a los trabajos de los padres.

Los últimos años, iniciativas de organismos supranacionales (OMS) y nacionales (Ministerio de Sanidad) han intentado fomentar activamente la mejora de la alimentación en diferentes edades, muy especialmente en las más tempranas. Se ha iniciado desde el Gobierno y desde las comunidades autónomas en la regulación del comedor escolar, así como en la educación para la salud y en la mejora del valor nutritivo de los menús servidos en centros escolares y universitarios. Así se recoge en el correspondiente proyecto del Real Decreto (2005) del Ministerio de Sanidad y Consumo en el marco de su Estrategia NAOS.